ESTILO:
Góngora es el creador de un nuevo lenguaje poético y elitista, hermoso y difícil, que eleva a categoría culta palabras y temas hasta entonces destinados a la poesía popular.
En sus poemas cortos utiliza recursos estilísticos del culteranismo: imágenes, cultismos, hipérboles e hipérbatos. Aparecen también recursos del conceptismo: juegos de palabras, antítesis y paradojas muy frecuentes en su poesía satírica.
Crea un lenguaje rico y sensorial que tiene como finalidad resaltar la belleza de las cosas. Esto lo consigue gracias a la acumulación de recursos estilísticos: metáforas, cultismos, latinismos, perífrasis y alusiones mitológicas.
POEMA:
Al Duque de Béjar
Pasos de un peregrino son, errante,
Cuantos me dictó versos dulce Musa
En soledad confusa,
Perdidos unos, otros inspirados.
¡O tú que de venablos impedido
Muros de abeto, almenas de diamante,
Bates los montes que de nieve armados
Gigantes de cristal los teme el cielo,
Donde el cuerno, del eco repetido,
Fieras te expone, que al teñido suelo,
Muertas, pidiendo términos disformes
Espumoso coral le dan al Tormes!:
Arrima a un frexno el frexno, cuyo acero,
Sangre sudando, en tiempo hará breve
Purpurear la nieve;
Y, en cuanto da el solícito montero,
Al duro robre, al pino levantado
Émulos vividores de las peñas
Las formidables señas
Del oso que aun besaba, atravesado,
La asta de tu luciente jabalina,
O lo sagrado supla de la encina
Lo Augusto del dosel, o de la fuente
La alta cenefa, lo majestuoso
Del sitïal a tu Deidad debido,
¡O Duque esclarecido!
Templa en sus ondas tu fatiga ardiente,
Y, entregados tus miembros al reposo
Sobre el de grama césped, no desnudo,
Déjate un rato hallar del pie acertado
Que sus errantes pasos ha votado
A la real cadena de tu escudo.
Honre suave, generoso nudo,
Libertad, de Fortuna perseguida;
Que, a tu piedad Euterpe agradecida,
Su canoro dará dulce instrumento,Cuando la Fama no su trompa al viento.
Pasos de un peregrino son, errante,
Cuantos me dictó versos dulce Musa
En soledad confusa,
Perdidos unos, otros inspirados.
¡O tú que de venablos impedido
Muros de abeto, almenas de diamante,
Bates los montes que de nieve armados
Gigantes de cristal los teme el cielo,
Donde el cuerno, del eco repetido,
Fieras te expone, que al teñido suelo,
Muertas, pidiendo términos disformes
Espumoso coral le dan al Tormes!:
Arrima a un frexno el frexno, cuyo acero,
Sangre sudando, en tiempo hará breve
Purpurear la nieve;
Y, en cuanto da el solícito montero,
Al duro robre, al pino levantado
Émulos vividores de las peñas
Las formidables señas
Del oso que aun besaba, atravesado,
La asta de tu luciente jabalina,
O lo sagrado supla de la encina
Lo Augusto del dosel, o de la fuente
La alta cenefa, lo majestuoso
Del sitïal a tu Deidad debido,
¡O Duque esclarecido!
Templa en sus ondas tu fatiga ardiente,
Y, entregados tus miembros al reposo
Sobre el de grama césped, no desnudo,
Déjate un rato hallar del pie acertado
Que sus errantes pasos ha votado
A la real cadena de tu escudo.
Honre suave, generoso nudo,
Libertad, de Fortuna perseguida;
Que, a tu piedad Euterpe agradecida,
Su canoro dará dulce instrumento,Cuando la Fama no su trompa al viento.
De este ambicioso poema, Góngora
solo concluyó la «dedicatoria al Duque de
Béjar» y las dos primeras Soledades, de las cuales dejó inconclusa
la segunda.
Era la primera vez que se
utilizaba el género lírico para un poema tan extenso, pues no tiene desarrollo
narrativo ni ecfrástico.
Este argumento, inspirado en el
episodio de Nausícaa de la Odisea, Góngora se dedica a dibujar
una pequeña descripción de la naturaleza, plagada de alusiones mitológicas y metáforas amplificativas, con el propósito de halagar los
sentidos y hallar la belleza en todo objeto en el que fije su pluma.
Describe paisajes arcádicos,
en una línea de inspiración neoplatónica, donde los objetos son espléndidos
y la vida, un retiro ideal
No hay comentarios:
Publicar un comentario