Nació en Sevilla. Es considerado un poeta indispensable del siglo XVI.
Pese a que nació en
Sevilla, pasó muchos años de su vida lejos de su tierra. Primero fue a estudiar
a Salamanca, donde desarrolló conocimientos en el campo eclesiástico;
posteriormente estuvo en Italia, donde concluyó sus estudios y se ordenó
sacerdote; más tarde fue enviado a Segovia y, recién entonces, regresó a
Sevilla para no volver a marcharse más.
Dedicó toda su vida a la literatura, pasión que supo compaginar perfectamente con sus labores de clérigo. En su poesía puede distinguirse una inclinación hacia la poesía del Renacimiento y una clara influencia del movimiento cuyo precursor fue Baltasar Gracián, el conceptismo.
Dedicó toda su vida a la literatura, pasión que supo compaginar perfectamente con sus labores de clérigo. En su poesía puede distinguirse una inclinación hacia la poesía del Renacimiento y una clara influencia del movimiento cuyo precursor fue Baltasar Gracián, el conceptismo.
ESTILO:
En
las obras de Salinas se puede hallar a un autor comprometido con su tierra y
sobre todo con las palabras, donde cada término parece haber sido escogido con
total detenimiento para entregar
una poesía limpia y auténtica.
POEMA:
El que eligió en el jardín
el jazmín, no fue discreto,
que no tiene olor perfecto
si se marchita el jazmín.
Mas la rosa hasta su fin,
porque aun su morir se alabe,
tiene olor más dulce y suave,
fragancia más olorosa:
luego mejor es la rosa
y el jazmín menos suave.
Tú, que rosa y jazmín ves,
eliges la pompa breve
del jazmín, fragante nieve,
que un soplo al céfiro es;
mas conociendo después
la altiva lisonja hermosa
de la rosa, cuidadosa
la antepondrás en tu amor;
que es el jazmín poca flor,
mucha fragancia la rosa.
el jazmín, no fue discreto,
que no tiene olor perfecto
si se marchita el jazmín.
Mas la rosa hasta su fin,
porque aun su morir se alabe,
tiene olor más dulce y suave,
fragancia más olorosa:
luego mejor es la rosa
y el jazmín menos suave.
Tú, que rosa y jazmín ves,
eliges la pompa breve
del jazmín, fragante nieve,
que un soplo al céfiro es;
mas conociendo después
la altiva lisonja hermosa
de la rosa, cuidadosa
la antepondrás en tu amor;
que es el jazmín poca flor,
mucha fragancia la rosa.
El autor recrimina a aquel que
escoge el jazmín aún sabiendo que su olor se marchita antes que el de una rosa.
Pero espera que teniendo delante a las dos, y sabiendo que la fragancia de la
rosa es más duradera, elija ésta antes que el jazmín.
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