Nació
en Toledo en el seno de una familia noble y culta, a los 20 años fue nombrado
guardia de corps.
Representa el ideal de cortesano del Renacimiento,
culto y buen militar. Garcilaso lleva a la práctica la autenticidad. En 1525 se
casó con doña Elena de Zúñiga por orden del emperador y al año siguiente conoce
a Isabel Freyre, el amor de su vida y núcleo temático de su poesía. Finalmente,
Isabel Freyre muere y es entonces cuando Garcilaso sintió renacer los antiguos
sentimientos agravados ahora por la muerte de su amada.
Estilo:
El estilo de Garcilaso es muy característico: cuida
especialmente la musicalidad del verso mediante el uso de la aliteración y un
ritmo en torno a los tres ejes acentuales del endecasílabo. Utiliza el epíteto
con la intención de crear un mundo idealizado donde los objetos resultan
arquetípicos y estilizados al modo del Platonismo. Por otra parte, es muy hábil
en la descripción de lo fugitivo y huidizo; su poesía produce una vívida
sensación de tiempo y se impregna de melancolía por el transcurso de la vida,
lo que él llamó su «dolorido sentir».
Poema Égloga III
Cerca del Tajo en soledad amena
de verdes sauces
hay una espesura,
toda de yedra
revestida y llena,
que por el tronco
va hasta la altura,
y así la teje
arriba y encadena,
que el sol no halla
paso a la verdura;
el agua baña el
prado con sonido
alegrando la vista
y el oído.
Con tanta
mansedumbre el cristalino
Tajo en aquella
parte caminaba,
que pudieran los
ojos el camino
determinar apenas
que llevaba.
Peinando sus
cabellos de oro fino,
una ninfa del agua
do moraba
la cabeza sacó, y
el prado ameno
vido de flores y de
sombra lleno.
Movióla el sitio
umbroso, el manso viento,
el suave olor de
aquel florido suelo.
Las aves en el
fresco apartamiento
vio descansar del
trabajoso vuelo.
Secaba entonces el
terreno aliento
el sol subido en la
mitad del cielo.
En el silencio sólo
se escuchaba
un susurro de
abejas que sonaba.
La Égloga III es
la más perfecta se sus obras y fue escrita en 1536. En ella vuelve de nuevo el
recuerdo de Isabel, sin embargo su voz parece ahora más serena, como más fresca
y exacta.
Garcilaso nos
sitúa en una naturaleza idealizada. En sus versos, olores, colores y formas
crean el espacio ideal, el “locus amoenus” donde se desarrollará la trama del
poema. Garcilaso nos presenta a 4 ninfas que están bordando unas historias en
unas telas. El tema común es una historia de amor truncada por la muerte
prematura de los amantes. Se funde la naturaleza, el amor y la mitología.
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